No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tenga fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.
Borges
miércoles, 19 de agosto de 2009
instinto maternal
me parece que los bebés se dan cuenta de todo por algo a mi hermana le tiran los bracitos para que las agarre
los bebés sienten cuando sos mala y los agarrás por compromiso!
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