No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tenga fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.
Borges
jueves, 6 de agosto de 2009
ja !
mi mamá quiere que me corte el pelo. hace meses que me insiste con lo mismo justo el día que me decido a hacerle caso.. mi peluquero no está.
si eso no es una señal, entonces que es ? resulta que las mamas no siempre tienen razón.
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