No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tenga fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.
Borges
jueves, 9 de julio de 2009
como quieres que te quiera
la mayoría de las veces, eso que mas queremos es justo lo que no podemos tener
pero, por más difícil que sea querer algo que no podés tener, los que más sufren son aquellos que no saben lo que quieren.
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