No habrá nunca una puerta. Estás dentro y el alcázar abarca el universo y no tiene ni anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro. No esperes que el rigor de tu camino que tercamente se bifurca en otro, tenga fin. Es de hierro tu destino como tu juez. No aguardes la embestida del toro que es un hombre y cuya extraña forma plural da horror a la maraña de interminable piedra entretejida. No existe. Nada esperes. Ni siquiera en el negro crepúsculo la fiera. Borges
sábado, 30 de junio de 2012
Justo.
Me rompe las pelotas la frase "¿por qué a mí?".
Porque sí, por eso. Se lo podés atribuir a quién quieras, al karma, al destino, al barba, quién sea. Pero te tocó a vos, you might as well deal with it.
Además, ¿por qué debería tocarle a alguien más? No hay un número finito de cagadas que debe ser repartido al final de cada día, y en el sorteo salió tu nombre, justo.
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