No habrá nunca una puerta. Estás dentro y el alcázar abarca el universo y no tiene ni anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro. No esperes que el rigor de tu camino que tercamente se bifurca en otro, tenga fin. Es de hierro tu destino como tu juez. No aguardes la embestida del toro que es un hombre y cuya extraña forma plural da horror a la maraña de interminable piedra entretejida. No existe. Nada esperes. Ni siquiera en el negro crepúsculo la fiera. Borges
sábado, 30 de junio de 2012
Gracias. Pero no, gracias.
Es sábado, son las diez de la noche y estoy sentada frente a la tele esperando que empiece Sex and the City. Prometo que prefiero esto a salir con alguno de los pelotudos que te habla por el Facebook chat todas las malditas noches del fin de semana y te pregunta "qué sale hoy". Prefiero comerme tres horas de una película de zombies antes de sentarme contigo con una mesa de por medio y un daiquiri en la mano a tratar de sacar tema.
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