llegué a casa quejándome de que mis botas recién estrenadas se habían marcado con una estufa.
después de convencerme de que parecía que eran así, porque el cuero tiene pliegues naturales, a mi madre no se le ocurrió una idea mejor que decirme "agarrá el auto y andá a comprarte otras".
y ahora uso las dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario