lunes, 8 de marzo de 2010

empate?

podría decirse que incursioné un poco más en el bizarro mundo de los hombres. fui al estadio.
ya que estaba ahí, me dispuse a intentar entender su pasión por encontrarse en ese lugar circular, un domingo a las siete de la tarde.

mis conclusiones fueron:
1) ningún tipo de fanatismo es bueno
2) los hombres piensan que los jugadores, jueces y director técnico los escuchan, y por eso los critican y les dan indicaciones sobre cómo hacer su trabajo, porque claro, ellos siempre tienen la razón.
3) en el estadio no hay real academia que valga. unos festejan las malas palabras de otros.
4) los hinchas de un mismo cuadro son como hermanos. hablan y comentan entre ellos todo el partido, aunque si se ven por la calle son perfectos desconocidos.
5) es (no sé si no me atrevo a decir otro) ámbito en el cual su felicidad no depende de ellos. sólo que en este caso depende de una decena de hombres sudorosos corriendo detrás de una pelota.
6) esta sí que es trascendental. entendí por que están tan frustrados. si quieren coca-cola, pasan todos menos el coca-colero. pasa el de la garrapiñada, el de las papas, el del café, el de las torta fritas, el de los churros; en fin, absolutamente todos, menos el que ellos quieren que pase.
y después las mujeres se preguntan por que algunos hombres siempre están de mal humor.

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