No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tenga fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.
Borges
miércoles, 21 de octubre de 2009
mad about you
hoy en día, después de una infancia con un par de enojos de mamá y papá (y una adolescencia de bastantes más), se me hace imposible escucharme llamar por mi nombre completo. me suena demasiado a veni-para-acá-ya-que-la-cagaste-maal !
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