No habrá nunca una puerta. Estás dentro y el alcázar abarca el universo y no tiene ni anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro. No esperes que el rigor de tu camino que tercamente se bifurca en otro, tenga fin. Es de hierro tu destino como tu juez. No aguardes la embestida del toro que es un hombre y cuya extraña forma plural da horror a la maraña de interminable piedra entretejida. No existe. Nada esperes. Ni siquiera en el negro crepúsculo la fiera. Borges
miércoles, 2 de mayo de 2012
NUNCA.
Me encontré con mi ex en el estadio. No un ex cualquiera, sino (sin exagerar) el primer chico con el que salí.
Siguiendo el protocolo, me preguntó por mis estudios, y yo por los suyos. Después de hablar un rato de nuestros respectivos cuadros, me mira con cara de reminiscencia y pregunta "¿cuándo vamos a recordar los viejos tiempos nosotros dos?".
Se merecía una cachetada, pero eso sí que es un tipo con huevos.
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